Una sociedad hipócrita en aumento.

Hipócrita


La hipocresía consiste en fingir lo que no es, la hay en muchos grados, en cierta forma todos y cada uno de nosotros tenemos un grado de hipocresía vendemos a la sociedad una apariencia diferente a lo que en realidad somos y a lo que creemos que somos. Es normal que exista en el 100% de los casos, precisamente por la escala de valores de cada persona y la interpretación que le brinda una persona, siempre va a diferir una de la otra. Aunque no hay un limite establecido siempre hay personalidades que exageran esta condición y sobresale de una forma alarmante. Puede ser considerado a nivel psicológico como un mecanismo de defensa, una especie de autoengaño  para no afrontar ciertas realidades. Noam Chomsky considera a la hipocresía como la negativa a: “Aplicar en nosotros mismos los mismos valores que aplicamos en otros”.

Prácticamente en todos los países se profesa una u otra religión es prácticada por un sinnúmero de habitantes; cada una con su conjunto de normas morales,  muchas veces diferentes entre si, definen lo correcto e incorrecto y con esto generan un condicionamiento en la sociedad. Paradójicamente una religión como el taoísmo está en contra de estas normas (buenas o malas) porque corrompe la conducta de las personas y evita que actúen cómo naturalmente son. La individualidad es prácticamente inexistente, la sociedad amolda a un ser humano e hipócritamente considera que brinda el privilegio de libertad pero siempre condicionada a actuar de la forma que fue creada, como un juguete creado por una gran máquina llamada sociedad. Ver http://www.macrouniverso.com/2014/07/cuenta-la-leyenda-que-cada-persona-es.html

Los padres exigen a los hijos cumplir con sus deberes cuando éstos mismos no lo hacen, no inculcan la enseñanza con el ejemplo y motivación. Un niño o jóven tiene sus deberes para su edad, así como los adultos tienen los suyos. El incumplimiento de cada tarea asignada en la familia es evidenciado. Esto también es una forma de hipocresía, hasta los niños la perciben, por ello no debe de extrañar que crezcan profesando esa forma de vida que tiene sus origen genético. En los animales se percibe esta conducta en la que actúan con aparente amabilidad, en realidad es un condicionamiento de reflejos a los alimentos, fue descrito por Pavlov en el que el ser realiza una respuesta a determinado estímulo agradable para el ser. En este ejemplo la respuesta sería alimento.

Básado en el ejemplo anterior la globalización es una forma pavloviana de unificar y acabar con las minorías, a través del sometimiento de su economía, culturas impuestas, valores, disolviendo la pluralidad y otros conceptos de las mismas. Una forma de subyugación progresiva a otros territorios dependientes de cualquier beneficio, le brindan estímulos que no poseen, una forma elegante de prostitución de cada país y curiosamente la penalizan cuando se hace de forma directa. Mi respeto hacia aquellos territorios donde nunca dejan imponer su cultura y persistirán con la individualidad heredada por sus ancestros hace muchos años. No quiere decir que sea malo un intercambio económico o productos faltantes en el país, sino la forma como ceden políticamente o dejar afectar las raíces culturales que caracterizan a un territorio. 

Los grandes verdugos o héroes de la cultura son los medios de comunicación, sobre todo cuando brindan información neutral no parcializada, por eso son el principal blanco de los políticos tiranos. Un medio de comunicación nunca debe emitir un juicio moral, por la repercusión social que tiene cada comentario. En sus transmisiones representan un ideal a alcanzar en su cobertura, por ello idealiza a muchos seguidore sobre “como deberían ser”, establecen esteréotipos de allí tantas modas y hacen que busquen a cualquier precio cumplir el sueño, que le impusieron. Al igual que la presión social, los medios actuales inducen a la apariencia, a la falacia o la hipocresía. El querer ciertos modelo de vida “de éxito” hace que cada persona busque cualquier medio para conseguirlo. 

En eso consiste la decadencia de la sociedad actual, por un lado tira hacia un modelo hipócrita dónde importa más la apariencia y por otro lado el egoísmo para lograr su vanidad (hermana de la hipocresía). Si bien cada una de las personas maneja cierto grado de egoísmo e hipocresía, hace parte de la “normalidad” como seres vivos pero ir al extremo de perjudicar sus vidas o las de otras personas es algo que va contra la humanidad. Conduciría a un extraño fenómeno de competencia, pero es un camino nublado, oscuro e incierto.

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