Consideraciones sobre la muerte


Calavera posando sobre libroSólo es el principio la muerte inicia con un desequilibrio de los sistemas, los pilares orgánicos que han trabajado en conjunto apoyándose mutuamente comienzan a fallar y como una reacción en cadena continúan su camino a lo inevitable. La muerte sólo es un proceso de conversión de la materia, la desintegración molecular y reorganización de átomos será cuestión de tiempo.

El cuerpo o microorganismo ha trabajado todo el tiempo y requerido energía para la conversión inteligente de los componentes químicos en un perfecto equilibrio. Además que la estructura organizacional del cerebro, permite una interacción con el entorno y autoconcepto tan subjetivo de las cosas, llamado por muchos consciencia y junto con las experiencias únicas es lo que se llama existencia o vida. Hay muchos seres que gozan de vida y ésta última la percibimos de forma diferente entre humanos y los animales.

La individualidad, una característica pasajera de la especie humana, es quien nos da una marca (aparentemente única) y nos predispone a actuar de acuerdo a patrones genéticos, hormonales, comportamentales, conductuales, etc. Sumado a esta predisposición la interacción aleatoria con seres de la misma especie crea esa ilusión de ser "únicos" (Ver Cuenta la leyenda que cada persona es única y toma sus propias decisiones ), en realidad no somos únicos, tenemos una gama de sentimientos que experimentamos de la misma forma, la compleja combinación entre la intensidad, el número experiencias y la interacción con otros seres, crea tal individualidad. A nivel de la especie, no tiene importancia la individualidad de cada persona o lo que piense por lo que seríamos simple ladrillo ante una gran y compleja muralla genética.

Esa individualidad se aloja en nuestro cerebro en diferentes regiones relacionadas con la memoria y los sentimientos, sumado a una lucha entre el impulso latente a seguir viviendo en contraposición a el impulso de la muerte. Este conjunto de reacciones conviven todo el tiempo, persistentemente con la idea de no desaparecer por lo cual algunos consideran la perpetuidad de la misma en otra vida paralela, otros simplemente aceptan la desaparición de la misma.
Sea cual sea la causa y cuando halla llegado el momento de dejar la vida, simplemente se va desvaneciendo el recuerdo poco a poco, la lucha de los órganos para preservar aquellas neuronas que representan todo para nosotros. ¿Porqué nos preocupa la muerte si iremos abandonando el mundo en mucha paz? El dolor sólo es percibido por un grupo de neuronas para evitar cualquier peligro al organismo pero cuando hasta el mismo cuerpo programado para morir, evita ese ultimo instante de sufrimiento. Se van desvaneciendo los sentidos e igualmente aquella consciencia.

Pretender que esa individualidad tenga otra vida "más allá" de esta es un concepto muy egoísta. Hasta ahora no está demostrado, pero acaso ¿sólo los humanos somos conscientes? Que hay del resto de microorganismos con quien convivimos (virus, bacterias, organismos unicelulares sintéticos, mamíferos, peces, y un enorme etcétera). La consciencia no trasciende y no viaja, es un engaño de la humanidad. Sólo era programada para vivir de determinada forma y con sus vivencias favorecer la especie, su único fin. Somos como experimentos constantes de la biología, tenemos la pulsión de entregar tales resultados a las futuras generaciones. El único sufrimiento o placer era la constante lucha por la vida, nunca lo notábamos y nunca comprenderemos aquella batalla de la especie para perpetuarse sobre la materia.


La vida y la muerte, una eterna lucha. Gane quien gane siempre saldremos favorecidos. Es cuestión de perspectiva.

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